No es cuestión de suerte sino de atención. De esfuerzo para reducir el poder de las llamadas «noticias falsas», o como nos gusta decir ahora, « fake news». Suena más moderno, pero no deja de ser las andanadas de desinformación que se llevan practicando desde hace décadas cuando se aproximan los procesos electorales. Y, a tenor de los antecedentes, se espera un aumento de intentos de desestabilizar la jornada y de influir en el electorado. Las empresas tecnológicas como Facebook, Twitter o YouTube se han puesto manos a la obra para frenar los bulos, pero hay temor de cara al 28-A.
No es de extrañar que a raíz de las próximas elecciones surjan noticias falsas con la intención de sacudir el árbol de votantes hacia uno u otro lado. Pero estas fake news no son más que falacias y sofismas utilizadas por los diferentes partidos como una herramienta más de propaganda política. Estas noticias son ilegales pero se tarda un cierto tiempo en detectarlas y actuar sobre ellas y sus responsables. En este periodo de tiempo un lector de esta fake new puede haver sido infouenciado erróneamente, habiendo la noticia falsa causado efecto.
Por esto es por lo que "no debemos creer lo que no vemos, y de lo que veamos la mitad" teniendo una mentalidad abierta a diferentes opciones y posibilidades.
Fuente: ABC.es
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